Por primera vez, filmaron a cachorros de aguará guazú en el Parque Iberá

Por primera vez lograron captar imágenes de cachorros de aguará guazú. Fue gracias a los collares transmisores que les fueron colocados a Malevo y Preta, una pareja de esta especie que vive en el Parque Iberá, en la provincia de Corrientes.

Esos transmisores satelitales que fueron colocados hace poco tiempo atrás a Malevo y Preta, están permitiendo obtener datos sobre esta maravillosa y amenazada especie, el cánido más grande de Sudamérica.

Los videos fueron grabados en el Parque Iberá y difundidos por la Fundación Rewilding Argentina, en su Instagram oficial. Allí, la organización explicó que “recientemente hemos podido localizar el lugar en el que ellos están criando a sus tres cachorros, donde colocamos cámaras trampa para conocer más acerca de su comportamiento”.

En ese sentido, aseguran que los cachorros “ya han perdido el característico color negro de los primeros días de vida y su pelaje ya empieza a parecerse más al de los padres”. 

“Las imágenes registradas por las cámaras trampa contienen comportamientos que nunca habían sido documentados en esta especie”, finalizaron la explicación.

A través de los dispositivos se puede tener un mapa de todo el recorrido de los ejemplares, sus nidos, su alimentación. Su forma de vida en un hábitat cuidado.

CARACTERÍSTICAS

El aguará guazú es un animal inofensivo tanto para los seres humanos como para el ganado. También conocido como zorro grande o lobo de crin, es un cánido que supera el metro y medio de largo total, desde la punta del hocico a la punta de la cola. 

Tiene una masa corporal que ronda los 20 a 30 kilos y sus rasgos característicos son una crin negra, patas largas y negruzcas, y un manto pardo naranja.  

El aguará guazú se alimenta principalmente de pequeños vertebrados (cuises y serpientes) y frutos, y su hábitat son los pastizales, bañados, esteros y bosques en un área que va desde el litoral argentino e incluye regiones de Brasil, Paraguay, Perú y Bolivia.

La especie perdió más del 50% de su área de distribución original en Argentina. Por eso es necesario protegerlo en aquellos lugares donde aún sobrevive, y recuperarlo en los sitios donde desapareció.