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Investigadores destacaron la capacidad de "auto-diseño" de los Esteros para aumentar su flora y fauna.
Ecología 08/03/2021Investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y el Conicet, en equipo con expertos de universidades internacionales, compararon la riqueza actual de especies en los paisajes del Iberá (Corrientes) con la de paisajes equivalentes del curso activo del río Paraná, para comprender cómo influyó en el gran humedal la desconexión con el río Paraná ocurrida hace 10 mil años.
El estudio que dieron a conocer destaca la capacidad de "auto-diseño" del Iberá que experimentó un aumento de la diversidad y a la vez mantuvo muchas especies fluviales.
Además, es considerado como un "laboratorio a cielo abierto", ya que su paisaje fue creado por la migración lateral del río Paraná, dejando un vasto abanico paleoaluvial desde la Argentina y Paraguay, explican los especialistas.
En ese contexto, estiman que el río Paraná abandonó el Iberá hace unos 10 mil años, si bien la configuración actual del paisaje del Iberá, que mantiene características fluviales, tendría 3.000 o 4.000 años de acuerdo a investigaciones realizadas.
El estudio fue liderado por el Juan José Neiff, ex profesor de la UNNE e investigador del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, UNNE-Conicet); Sylvina L. Casco y Alicia Poi (ambas de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE); Andrés Cozar Cabañas y la Dra. Bárbara Úbeda (Instituto Universitario de Investigación Marina, Universidad de Cádiz-España); Luisa F. Ricaurte (Alexander von Humboldt Biological Resources Research Institute, Bogotá-Colombia); y Eduardo M. Mendiondo (Escola de Engenharia de São Carlos, Universidade de São Paulo, Brasil).
Desde sus especialidades, los investigadores estuvieron vinculados por distintos proyectos de investigación sobre humedales y decidieron reanalizar la información disponible para lograr una sinopsis de lo ocurrido en Iberá.
Los resultados de la investigación fueron publicados recientemente en la revista Wetlands, Science & Practice, la publicación trimestral de la Society of Wetland Scientists (SWS) destinada a proporcionar información de los proyectos de investigación sobre ecología, restauración o gestión de humedales.
En ese sentido, explicaron que al comparar paisajes de las lagunas y esteros del Iberá (sin conexión fluvial), con otros paisajes similares situados en el centro de la Isla Apipé (con conexión fluvial esporádica) y con los de las islas más jóvenes del cauce del río Paraná, plantearon que la colección de especies vegetales y animales en Iberá conservó la mayoría de las especies del dominio fluvial, adaptando algunos elementos y procesos a una nueva configuración del hábitat, ahora gobernado estacionalmente por lluvias locales.
Aun así, la pérdida de conectividad con el régimen de pulsos del río Paraná condujo a un aumento de la complejidad específica de la biota del Iberá en razón que las fluctuaciones hidrológicas tienen un régimen más “predecible”.
El mantenimiento de las similitudes de la vegetación y fauna del Iberá respecto del Paraná, se debe a que toda esta biota es del mismo linaje amazónico, con especies de gran plasticidad ecológica (nichos amplios), que le permitió absorber la fluctuación climática de largo término y también los cambios en la calidad de las aguas.
Sin embargo, con la mayor regularidad en las fluctuaciones hidrológicas, el Iberá acrecentó su riqueza de especies evidenciando su capacidad de auto-diseño.
Las conclusiones del estudio, a la vez que confirman el origen fluvial del Iberá desde el conocimiento ecológico, corroboran que después de desconectarse del río Paraná el sistema natural ha mantenido una parte importante de su configuración original y ha adaptado algunos elementos y procesos ecológicos a las nuevas características del hábitat de los esteros.
Los humedales del Iberá pasaron de ser un sistema lótico, dominado por los aportes fluviales, a un sistema léntico de lagunas con fluctuaciones debidas al régimen de lluvias locales.
Para los investigadores, el proceso mencionado de auto-diseño del Iberá parece haber seleccionado especies que son extremadamente tolerantes a los cambios climáticos, lo que significa que la estructura del paisaje del Iberá y sus componentes bióticos se mantienen con una baja tasa de cambio a pesar de eventos climáticos extremos de sequía y de anegamiento extraordinarios.
Al respecto, remarcan que la inmensidad del complejo de humedales del Iberá, con su enorme variedad de tipos de hábitat y amplios nichos para la mayoría de las especies, torna a este ecosistema muy resistente a los cambios de biodiversidad.
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